Especiales

Foro público
Feminismos, economías: 
Desafíos actuales

Durante esta jornada instituciones y organizaciones de mujeres analizaron y propusieron alternativas de sustentabilidad de la vida para los países andinos, y se reafirmaron en la urgencia de cambios estructurales económicos, políticos, sociales, que haga realidad la inclusión y desarrollo de las mujeres y nuestra región; asimismo, pongan fin a la depredación de nuestros recursos. Las expositoras, procedentes de España, Ecuador, Bolivia y Perú,  presentaron experiencias que ya se están dando en sus respectivos países, que retroalimentaron con las mujeres de las organizaciones presentes y que demuestran que otra sociedad es posible.  


A través  del diálogo, el debate y principalmente, hallando los puntos de encuentro entre las agendas de las organizaciones de mujeres con la economía feminista, el 7 de agosto se realizó el Foro Público Feminismos, economías: Desafíos actuales, organizado por la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE)-Perú.

En esta actividad se explicaron los aportes de la Economía Feminista, que cuestionan los paradigmas actuales de desarrollo, donde economistas y políticos excluyen de sus análisis, planteamientos y políticas, a las mujeres, así como sus luchas y propuestas desde el feminismo, la economía del cuidado y la economía solidaria, frente a la situación de pobreza, inequidad y exclusión de nuestros países, para sostener las ideas ficticias de crecimiento y bonanza económica.


Exposición de Maritza Alva de Género y Economía. En primer plano Relinda Sosa de la CONAMOVIDI

Para este fin,  se contó con la participación de Cristina Carrasco Bengoa, doctora en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, y experta en economía feminista, trabajo doméstico  y cuidados; Magdalena León, economista feminista ecuatoriana  e integrante de la REMTE  y  las especialistas de Género y Economía, por el Perú.



 Asimismo, colectivos de mujeres como la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar, el Colectivo Mujeres por la Vida, la Tierra y el Agua, la Red GROOTS Internacional, entre otros, a través de la presencia de María Teresa Arana y  Relinda Sosa,  reflexionaron sobre las apuestas de los feminismos, en relación con la sostenibilidad de la vida, y cuestionaron el extractivismo como modelo económico, que está destruyendo y agotando nuestros recursos y atentando contra nuestras vidas.


En el blog de Género y Economía hemos preparado un especial sobre la jornada realizada y les alcanzamos las ideas principales vertidas en esta ocasión. 

Cristina Carrasco:
“La sociedad tiene una deuda histórica con las mujeres por el trabajo que han hecho"

Durante su exposición en el Foro “Feminismos, economía: Desafíos actuales", Cristina Carrasco Bengoa, economista española, sostuvo que la ruptura teórica con la frontera establecida por la economía oficial, es que esta centra su objeto de estudio en el mercado, mientras la economía feminista incorpora el trabajo del cuidado, considerado una actividad subalterna en relación al valor que se asigna al mercado.

"La economía feminista, así como  la economía ecológica tienen en común una ruptura  teórica, conceptual e ideológica con las visiones tradicionales de la economía" afirmó la especialista, docente de la Universidad de Barcelona.




 "La ruptura conceptual se relaciona con el descubrimiento del cuidado. Se habla de la deuda social del cuidado: la sociedad le debe históricamente a las mujeres por todo el trabajo que han hecho. De no haber sido por ellas la humanidad hace mucho tiempo habría desaparecido" expresó.

“El capitalismo ha asignado los trabajos por roles, le resultaba más útil que las mujeres se dedicaran al cuidado y los hombres a liderar el mercado. Pero en una sociedad patriarcal, lo que está devaluado es ser mujer, lo que impregna a sus   actividades de esa baja valoración”, dijo.

Desde la perspectiva feminista, indicó Carrasco, la idea de cuidado se asocia a la reproducción de la vida y de la fuerza de trabajo para una vida digna. Por lo tanto, se refiere a valores solidarios.

“La economía ecológica también ha roto las fronteras de la economía convencional y las ha abierto a la naturaleza. Muestra que el sistema capitalista no es autónomo, sino que hunde sus raíces en la naturaleza, que le permite “producir”. La economía ecológica ha eliminado el término producción porque sostiene que no producimos sino solo transformamos la naturaleza, proceso en que la degradamos”, expresó.

La labor de cuidado, señaló, es una responsabilidad que se ha asignado  fundamentalmente a las mujeres. “Hay una entonces una parte de la sociedad que está consumiendo energías y trabajo de otra parte de la sociedad y que no ha asumido sus responsabilidades. Es decir no está cumpliendo con la obligación colectiva”, manifestó.

La expositora explicó que la responsabilidad de cuidado asumida por las mujeres tiene tres dimensiones: de obligación moral, de expolio y de donación.

La primera dimensión, expresó,  se relaciona con las relaciones  patriarcales de poder, bajo cuyo signo las mujeres han interiorizado el cuidado como una obligación, mientras que los varones no sienten la presión de asumirlo.

La segunda dimensión se refiere a la regeneración y abaratamiento de la fuerza de trabajo mediante el trabajo doméstico realizado por las mujeres, mediante su expoliación por el capitalismo.

“No queremos que se nos devuelva todo el trabajo histórico que han hecho las mujeres, sino que acabe esa situación”, declaró.

Manifestó que a pesar del expolio y de la presión patriarcal, las mujeres realizan el trabajo del cuidado por amor, porque les parece un trabajo importante para el cuidado de la vida, lo que configura la dimensión de donación.

La académica hizo notar que en su ámbito la economía ecológica habla de deuda ecológica, de la deuda que tiene la sociedad por la forma en que produce, que ha conducido al expolio de la naturaleza. Pero lo que demanda no es que las empresas paguen por expoliar a la naturaleza, sino que se acabe el expolio."Asimismo, ni la economía del trabajo doméstico ni la de la naturaleza tienen contabilidad monetaria y quedan ocultas. En cambio la economía del mercado está monetizada".

Por último, respecto a la ruptura ideológica explicó que lo que es objeto de estudio de la economía política se ubica dentro de los límites del mercado. Incluso la contradicción entre beneficio y salario expuesta por la economía crítica se encuentra en esa frontera. En cambio, la economía feminista sostiene que la contradicción es mucho más amplia, entre capital y vida.

A su vez, la economía ecológica plantea un cambio de modelo productivo y de consumo, que respete a la naturaleza. El cuidado de la vida implica el cuidado de la naturaleza.

“La economía feminista y la economía ecológica tenemos muchos puntos en común y hay que ir creando un paradigma único, común, que recoja todas las visiones alternativas en la economía”, finalizó.

 Magdalena León
“Salgamos del capitalismo y construyamos una sociedad distinta con otros modos de producir y vivir”

Desde Ecuador, Magdalena León compartió algunas de las experiencias y enfoques –así como también desafíos–   que las mujeres junto a otros colectivos construyen y enfrentan  en su país como alternativas al neoliberalismo y para colocar la sustentabilidad de la vida como el centro de modelos políticos, económicos y sociales, y en las cuales convergen los planteamientos de la economía feminista, de cuidado, solidaria y  del buen vivir.

“En nuestra coyuntura ecuatoriana, al igual que la boliviana y en coincidencia de tiempo con la venezolana, estamos buscando alternativas al neoliberalismo y esto ha significado una síntesis de enfoques y experiencias desde la economía feminista, ecológica, la economía solidaria y una incipiente economía del buen vivir para desplazarnos del dinero a la centralidad de la vida” señaló Magdalena León, economista ecuatoriana al iniciar su presentación en el Foro “Feminismos, economías: Desafíos actuales”. 


La especialista indicó que el cambio del modelo neoliberal fue el motor de los procesos de movilizaciones sociales y políticas en Ecuador y que han dado como primeros resultados, por ejemplo, algunos cambios de nivel constitucional y la aprobación de la ley de la economía social y solidaria.


En relación  con estos avances, León se refirió que permiten el reconocimiento de las distintas formas de organizar la producción: economía empresarial privada, pública, popular y solidaria. “Enunciamos además que nuestro sistema es social y solidario. Sin embargo, sabemos que es el horizonte que queremos alcanzar” dijo.

Asimismo, expresó  que “en esta  visibilidad y definición de otra economía no solo está la posibilidad de registrar la economía no monetaria que no es estrictamente de mercado, la economía del cuidado y la economía ecológica, y  las fórmulas intermedias aplicadas por las poblaciones originarias y que se han mantenido pese a que pretendieron ser reducidas a esa forma única que es la empresa capitalista” afirmó.

Y respecto a este punto añadió  que para sostener  el imaginario de la empresa capitalista como la única empresa ideal y posible “se hicieron operaciones ideológicas y tuvimos esa arremetida del discursos emprendedor por el cual todas las distintas formas  de propiedad, producción  y organización del trabajo quedan comprendidas  bajo la unida etiqueta de empresas y lo que varía es su tamaño. Todo tiene que funcionar bajo esa lógica empresarial, para lo cual desde los colegios les van enseñando a  niños y niñas como ser emprendedores y hacer plan de negocios” refirió.

“Esa maquinaria ideológica y legal está presente en el Estado, en su institucionalidad y en su funcionamiento.  Es tan arraigado que por ejemplo “Hasta ahora en el contexto de recuperación de lo público y fortalecimiento del Estado tenemos gerentes, plan de ciencia y tecnología, también bajo esas formas de administración y de eficiencia esta esa lógica empresarial impregnándolo todo” aseveró.

En cuanto a los desafíos, León señaló que si bien el paso constitucional dio viabilidad a otras formas de vivir y producir  a la hora de concretarlos se topa con el arsenal de herramientas de política económica son mucho más reducidas y que por razones de formación de las nuevas generaciones de economistas hay una brecha enorme entre  enfoque imaginario y posibilidades de aterrizaje de la política y surge, entonces un enorme desafío para la economía feminista, desde esta visión más compleja que reconoce el trabajo del cuidado como actividad económica y social.

“Cómo aterrizamos, con qué herramientas, con qué instrumentos, que no sea concebido pbajo el imaginario capitalista y salarial, y hemos llegado a situaciones casi ridículas y siempre en disputa con sectores” se interrogó.

A modo de final,  expresó que  desde la perspectiva feminista se debe buscar e  interpretar y dar respuesta a aquellos temas que no son solamente vistos como la encarnación de los derechos de las mujeres , sino a los temas del sistema en su conjunto de un nuevo modelo, de una nueva forma de convivencia de otra forma de gestionar la vida y su materialidad.



Rosa Guillén:
“Las feministas peruanas hemos aprendido de otras prácticas y ampliado nuestras alianzas”

A partir de su experiencia en el movimiento de mujeres y del contacto con otros movimientos alternativos, el movimiento feminista peruano ha logrado importantes aprendizajes y ha ampliado sus alianzas, sostuvo Rosa Guillen, coordinadora del Grupo Género y Economía.

Fue durante su intervención en el Foro “Feminismos, economía: desafíos actuales”, en el que puso de relieve el esfuerzo que desde el movimiento de las mujeres se realiza para enfrentar el modelo económico vigente y lograr su cambio.


Recordó que las políticas neoliberales basadas en el Consenso de Washington condujeron al ajuste fiscal para reducir el gasto social del Estado y reducirlo a programas sociales cuyo diseño contaba con el trabajo gratuito de las mujeres.



La crisis empujó a las mujeres de los sectores populares a organizarse para apoyar a sus familias y a sus comunidades. El impacto que generaba sobre ellas requería no solo  resistencia sino propuestas para enfrentar esta situación.

“Esto nos llevó a generar la mesa de debate que se llamó Mujeres y ajuste estructural porque queríamos entender lo que estaba pasando y hacer propuestas de cambio. Más que hacer propuestas al gobierno, que restringía los derechos de trabajadores y trabajadoras, intentábamos tener respuestas para las mujeres con las que estábamos compartiendo nuestro trabajo y nuestras expectativas”.

En el contacto que este grupo tuvo con mujeres de diversas partes del país encontró que había actoras sociales que estaban construyendo respuestas para sí mismas y para la sociedad, pero se necesitaba fortalecer esa actoría. “Había que demandar no solo programas sociales, sino, sobre todo, entender que el modelo neoliberal afectaba el futuro de peruanas y peruanos, por lo que había que exigir su cambio”, rememoró.

Refirió que tras la IV Conferencia sobre la Mujer realizada en Beijing, en 1997 se constituyó la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía: “Las organizaciones feministas tuvimos la política de dialogar entre nosotras y de valorar lo hacía cada cual. Asimismo, de construir alianzas con otros grupos sociales y propuestas de cambio y de aportar a la formación del Foro Social Mundial”.

En ese contexto ampliado el movimiento feminista se encontró con otros movimientos como el ambientalista, cuyo aporte considera vital en la tarea de construir otro mundo posible, con organizaciones y movimientos campesinos como la FEMUCARINAP, con las mujeres de comedores populares (CONAMOVIDI), entre otras expresiones organizativas de mujeres que aspiran a una sociedad más justa.


 “Queremos continuar nuestros debates y compartir las nuevas reflexiones que surgen tanto de la experiencia de la actuación política de nuestras compañeras de otros países, como de los aportes de las compañeras de la academia. Queremos el diálogo entre mujeres de las organizaciones populares, investigadoras y de las instituciones que están trabajando en este espacio. Y queremos acompañarnos de muchas mujeres jóvenes. Nuestro feminismo tienen  el rostro de las mujeres campesinas, obreras, de las clases medias, mujeres de las ciudades y del campo y de distintas edades”, concluyó Guillén. 



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